¿Qué tanto me estoy cuidando?

Foto por Diana Gómez

Una serie de preguntas reflexivas para evaluar nuestra salud integral

Por Andrea Hernández de del Rivero

Muchos hemos escuchado el término burnout cuando nos referimos a alguien que está en un estado de agotamiento extremo con altos niveles de estrés y bajo rendimiento. Una persona que llega a este punto, ha puesto en riesgo su salud integral, por lo que se vuelve muy difícil salir de ahí y recuperarse. 

El agotamiento puede ser causado por querer abarcar demasiado, estar siempre ocupado y no poner límites a actividades o a personas, entre otras cosas. Esto puede prevenirse si desarrollamos buenos hábitos de autocuidado. 

Por error pensamos que el autocuidado consiste en acciones relajantes que nos desestresen de vez en cuando, como tomarnos unas vacaciones en la playa, ir a un spa a hacernos un masaje o consentirnos en nuestro restaurante favorito, pero esto no es de lo que se trata.

Recordemos que Dios nos diseñó para funcionar con ritmos de trabajo y descanso, y con limitaciones, como por ejemplo: la necesidad de nuestro cerebro de dormir o de nuestro cuerpo de consumir agua y alimentos diariamente para nutrirse. Este diseño es bueno y perfecto. Si no lo respetamos, nos deterioramos o podemos incluso morir. 

A lo mejor, aunque sabemos que nuestro cuerpo necesita ocho horas de sueño, en algún momento nos dimos cuenta de que podíamos sobrellevar los días durmiendo solo tres y nos conformamos con eso, poniendo de pretexto que estamos aprovechando el resto del tiempo para hacer cosas productivas. 

Esta misma actitud aplicamos en otras áreas de nuestra vida, como en nuestra vida social o en nuestras finanzas, y vamos empujando ese margen que nos protege, cada vez un poco más lejos para probar que «sí se puede». 

Creemos la mentira de que siempre «más es mejor» para ser santos y exitosos, cuando en realidad vamos sacrificando nuestra salud integral. En lugar de dar lo mejor de nosotros, nos vamos desgastando y sin darnos cuenta perdemos el gozo y el verdadero propósito de nuestro servicio, así como la oportunidad de disfrutar la vida abundante que Dios nos ofrece. No es sano ni sabio llevar un estilo de vida así. 

Por ello, presento a continuación una serie de preguntas que nos ayudarán a profundizar sobre cómo nos estamos cuidando. Estas nos ayudarán a encontrar verdades respecto a nuestras prioridades y a formular metas sobre los cambios que podemos efectuar para cuidarnos mejor.

Las preguntas son una herramienta poderosa si nos tomamos el tiempo y la dedicación de responderlas con intencionalidad y honestidad. 

TRABAJO

¿Qué tanto estoy disfrutando mi trabajo? ¿Qué me quita vida?

¿Cómo se ve reflejada mi productividad en el trabajo?

¿Estoy usando y desarrollando mis dones y habilidades en el trabajo?

VIDA SOCIAL / COMUNIDAD

¿Qué tanto convivo con amigos, familia, conocidos, mi comunidad o congregación y compañeros de trabajo?

¿Qué alternativas me han funcionado para socializar (pandemia-postpandemia)?

¿Mantengo suficiente comunicación con mis seres queridos y conocidos que no he podido ver?

CRECIMIENTO PERSONAL

¿Hay algo nuevo que haya aprendido este año? (curso, entrenamiento o capacitación)

¿En qué me gustaría especializarme más? ¿Cómo estoy alimentando mi intelecto?

TIEMPOS DE CALIDAD CON LA FAMILIA

¿Qué tradiciones o buenos hábitos estoy incluyendo en la dinámica familiar?

¿Qué tan intencional soy en buscar tiempos de calidad con quienes vivo?

¿Necesito reconciliarme con alguien o mejorar alguna de mis relaciones?

MAYORDOMÍA FINANCIERA

¿Estoy usando el dinero sabiamente?

¿Tengo ahorros? ¿Deudas? ¿Cómo lidio con ellas?

¿Acostumbro compartir con otros lo que Dios me da? (Diezmo, ofrendas, regalos, colaboración o apoyo)

USO DE LA TECNOLOGÍA

¿Cuántas horas paso en el celular o dispositivos al día? 

¿Qué tan consciente soy del contenido que consumo? 

¿Tengo límites marcados al usar redes sociales, Netflix, YouTube, Whatsapp y otros?

RELACIÓN CON DIOS

¿Cuándo me siento más cerca de Dios? ¿Qué prácticas o hábitos me alejan de Él?

¿Qué disciplinas espirituales uso en mi caminar con Dios?

¿Qué patrones dañinos de mi «vieja naturaleza» estorban/limitan mi amor y confianza hacia Dios?

RECREACIÓN

¿Qué papel tiene el juego en mi vida?

¿Cómo uso mi imaginación y creatividad en el día a día? 

¿Qué disfruto hacer en mis tiempos libres?  ¿Qué habilidades o talentos estoy desarrollando?

SALUD MENTAL

¿Qué tan bien conozco mi personalidad, mis motivaciones y deseos?

¿Cuáles son mis emociones y pensamientos más recurrentes? ¿Qué hago con ellos?

¿Tengo alguna herida abierta o aflicción que deba procesar o tratar?

ALIMENTACIÓN

¿Qué me está diciendo/pidiendo mi cuerpo?

¿Cómo describiría mi relación con la comida?

¿Hay algo, que me gusta mucho comer, que me está haciendo daño?

EJERCICIO / SALUD FÍSICA

¿Con qué frecuencia me ejercito?

¿Cómo califico mi condición física? ¿A qué se debe?

¿Qué enfermedades estoy previniendo o fomentando con mis hábitos?

DESCANSO / SUEÑO

¿Qué me relaja y me renueva?

¿Cuáles son mis rutinas de sueño?

¿Busco tiempos de silencio y soledad?

PENSANDO A FUTURO

¿En quién quiero convertirme?

¿Qué es lo más importante para mí?

¿Qué cambios quiero hacer?

¿Cuáles son mis siguientes pasos?

¿A quién puedo rendir cuentas de mis avances?

PREGUNTAS FINALES: 

En una escala del 1 a 10, ¿cuánto me estoy cuidando?

¿En qué áreas me estoy cuidando bien?

¿En qué áreas descubrí que necesito cuidarme mejor?

¿Qué cambios específicos voy a hacer?

¿Debo decir «no» a algo o establecer algún límite? ¿En qué o con quién?

Estas son solo algunas preguntas para promover la autorreflexión. Cada quién puede añadir más para profundizar. Lo ideal es tomarse un tiempo a solas, en un lugar cómodo y sin distracciones, para responderlas mejor. 

Es importante recordar que el objetivo final no solo es estar más sanos y ser mejores. El propósito mayor siempre es conocer más a Dios y honrar el diseño que Él nos dio para poder amar y servir mejor a los demás. 


Tal vez también te interese leer:

3 verdades que te motivarán al cambio   (Apóyate en estas verdades)

Cómo hacer cambios duraderos    (Descubramos cómo lograrlo)

Soy uno, ¿cómo luchar con mi lado oscuro?    (Descubre más del Eneagrama)

#Sinfiltro    (Estás dispuesto a ser auténtico)

La doble moral y yo    (Busquemos ser íntegros)

Conocer a Dios para conocernos   (Esta es una verdad que hay que experimentar)

¿Qué tanto te conoces?     (Aquí tendrás más información sobre el Eneagrama)

Cuando la tentación toca a la puerta   (Prevé y sal bien librado)

¡Somos admirables!   (Refuerza esta verdad)

Miedo al cambio    (¿Cómo resolverlo?)

Cómo actuar en las crisis   (Descubre el secreto)

Frustración o paciencia   (La transformación es posible)

El perdón, un mejor camino    (Este camino siempre nos lleva a la libertad)

¿Quieres el control?    (Toma el control de lo que te corresponde)

Anterior
Anterior

Eres tú, no soy yo

Siguiente
Siguiente

Los beneficios de ir a terapia