Cómo escoger una agencia misionera

Busca el modelo que sea más estratégico para ti

Por Cynthia Ramírez

Si tienes un llamado a servir en misiones transculturales, seguramente estás pensando en ser parte de una agencia misionera para obtener la capacitación, acompañamiento y soporte económico que necesitarás. Por ello quiero darte algunas recomendaciones que puedes tomar en cuenta:

1. Busca una agencia misionera u organización con la cual te identifiques.

Considera las opciones y busca el modelo que sea más estratégico para ti. Es común que las personas que están siendo llamadas a la misión sientan lealtad hacia cierta organización por experiencias que tuvieron en el pasado. Pero no siempre la agencia que de inicio te invitó a las misiones es el mejor lugar para ti a largo plazo. Toma en cuenta la cultura de la agencia, y si hay gente ahí que respetas y que te inspira confianza. Piensa en los que serían tus líderes y ante quienes estarías dispuesto a someterte.

2. Revisa tu situación legal con cuidado.

En ocasiones se toman decisiones rápidas y después de estar en el campo por varios años las personas se dan cuenta de que no se hicieron algunas preguntas relevantes. Es fácil dejarse llevar por la emoción, pero es importante tomarse el tiempo desde el principio para estudiar bien cada detalle.

Antes que nada responde:

¿Qué nacionalidad tienes?
¿Dónde estás guardando tus ahorros?
¿Debes dinero? ¿Hay deudas o algo que te esté atando a cierto lugar, que debes atender?
¿Qué tipo de seguro médico necesitas para tu familia?
¿Dónde estás pensando jubilarte?
¿Qué requerimientos legales existen en tu país de origen para que sigas pagando impuestos, como ciudadano activo?
¿En qué áreas sientes que Dios te está invitando a tomar pasos de fe?
Considerando tu pasado, tu presente y tus deseos para el futuro, ¿qué es lo más sabio en cuanto a estos temas para tu familia?

3. Haz buenas preguntas en el proceso.

Sé flexible. No corras. El proceso importa, te dará la claridad y dirección que necesitas.

¿Cuáles son los requisitos?
¿Cuál es el tiempo límite para aplicar?
¿Qué es lo que se espera de ti?
¿Qué expectativas tiene la organización en cuanto a tu iglesia local en el campo misionero?
¿Cuánto dinero solicitan que tú reúnas y en qué condiciones?
¿Qué porcentaje de dinero se queda en la organización para gastos administrativos, impuestos, etc.?
¿Qué está incluido en el presupuesto?
¿Qué límites hay respecto a cuánto dinero puedes reunir y para qué puedes usarlo?
¿Qué se considera al decidir el presupuesto como familia?
¿Cuál es el apoyo que te brindan una vez que estás en el campo misionero?
¿Qué procede en una situación de emergencia? ¿De qué se hacen responsables?
¿Mandan a las familias de manera individual o se espera que trabajen en equipo?
¿Cuál es su modelo de trabajo en el campo misionero?
¿Qué pasa si otros quieren unirse a tu equipo en el futuro?
¿Llevan a cabo conferencias con otros misioneros de manera regular?
¿Cuál es su expectativa en cuanto a vacaciones, permisos o salidas?
¿Qué tipo de apoyo integral ofrecen? (consejería, mentoría, etc.)
¿Qué entrenamientos imparten o piden para ti y para tus hijos?
¿Qué tan seguido tendrás que regresar a tu país?

Es posible que al leer y responder estas preguntas se te ocurran algunas más que valdrá la pena resolver en tu proceso. Seguir a Jesús e involucrarse en las misiones no debe ser sinónimo de ser descuidado o de darse por vencido ante las complicaciones que surjan. Dios abre caminos y te los mostrará si se lo pides.