#Sinfiltro

La restauración de imagen es el proceso que trata de recuperar algo del modelo original

Por Cesia Carrillo Clemente

Una imagen vale más que mil palabras. En nuestra sociedad actual esto realmente tiene mucho valor. Las redes sociales están saturadas de imágenes que captan la atención y la publicidad se vale de ello, usando los colores adecuados entre otras cosas. En nuestros perfiles colocamos imágenes que si bien pueden estar al natural, quizá hayan sido pasadas por filtros para lucir mejor.

Las redes sociales enfatizan el «ser uno mismo» y podríamos decir «Sin filtro». Esto ha llevado a muchas figuras públicas a mostrar sus cicatrices y fotografiarse sin maquillaje, sin edición, sin nada que los haga lucir perfectos. Al hacer esto y exponerlo en redes sociales puede llevarlos a la crítica aplastante o a los aplausos de los seguidores.

Sin embargo, la mayoría de la gente «común» que se muestra tal cual es, puede llegar a ser destruida por los comentarios de sus «amigos».

Cuando Dios nos creó dijo: «Hagamos al hombre a nuestra imagen y semejanza», esta imagen se distorsionó con la caída del hombre, es decir, cuando dimos paso al pecado.

La restauración de imagen es ese proceso que trata de recuperar algo de la imagen original. La misma sociedad aporta cosas como el humanismo, el esfuerzo por ser uno mismo o manteniendo el cuerpo y la mente sanos, seguir los sueños, la moral, la religión, entre otras cosas, todo esto hace creer que se tiene una vida plena.

Estos filtros, quizá nos den popularidad, alegría momentánea, diversión, una vida placentera, éxito, pero no cambian la naturaleza de la imagen.

La verdad es que se necesita un Restaurador que nos transforme totalmente y ese es Cristo. A pesar de nuestra naturaleza dañada y pecaminosa, si nos arrepentimos presentándonos ante Él sin filtros seremos restaurados.